Te sorprenderá, pero el azul y sobre todo los colores turquesas que hacen estética las perlas de mal de ojo llevan siglos ocultos al mundo occidental y la forma en que se obtenían siempre ha sido un secreto. El deseo de tener el secreto detrás de los colores mágicos que surgieron de la cocción de una mezcla de cobre y cobalto con la arcilla vidriada altamente oxidada en Egipto provocó guerras e incluso conflictos.
Otra manera para librarse del mal de ojo es “verter plomo”. Esta tradición originará del Asia Central, se denomina como “Kut Kuyuv” entre el pueblo turquíco de los baskirios. Esto se hace de la siguiente manera: el plomo se derrite sobre fuego y luego se vierte en un recipiente lleno de agua que se mantiene sobre una vela colocada por encima de la cabeza de la persona que sufre de alguna enfermedad o un malestar por el mal de ojo. La persona toma un trago de esta agua. La mujer que sabe interpretar las formas que adquiere el plomo en el agua le dice a la persona el motivo de su enfermedad. Este método de tratamiento está muy extendido en toda Anatolia. Siempre son mujeres las personas que realizan este técnica.
Otra cosa que se realiza casi en cada rincón de Anatolia es quemar incienso. Quemar incienso se basa en el acto de quemar cualquier material en fuego y hacer que el humo producido tenga contacto con el enfermo. Desde tiempos muy antiguos quemar incienso es un método de tratamiento muy generalizado en el mundo turco y tiene una relación directa con la cultura de fuego que es un método de tratamiento, purificación y limpieza.