Este es un término que puede resultar ajeno en su país, pero siendo Turquía un destino tan importante para múltiples intervenciones, como son el implante capilar o los tratamientos dentales, el Estado cubre el 40% de esos gastos, motivo por el cual el precio final resulta tan económico.
En los últimos años, los medios se han hecho eco de la moda de ir a ponerse implantes de pelo a Turquía. Es raro visitar el centro de la ciudad y no encontrarse con varios hombres con la cabeza cubierta de apósitos y una cinta negra alrededor. Lo mismo ocurre cada vez con más frecuencia en los vuelos Estambul-Madrid. Las agencias de turismo sanitario les ofrecen el paquete completo: vuelo, hotel de lujo, recorrido turístico y la melena de sus sueños. En España ya hay varias agencias que ofrecen estos paquetes.
Pero el último informe del Consejo Turco de Turismo Sanitario (THTC, en sus siglas en inglés) advierte sobre otra tendencia: el culo brasileño. Esta operación de estética, cada vez más popular en todo el mundo, consiste en aumentar y elevar los glúteos mediante implantes o transferencias de grasa. Varias protagonistas de la prensa rosa británica han declarado en el último año haberse sometido a operaciones de este tipo en Turquía. También a reconstrucciones vaginales.
Emin Cakmak, presidente del THTC, declaró a la prensa a finales de agosto que los miembros del consejo esperaban tratar a 750.000 turistas a finales de año. Aunque a priori no pueda parecer una cifra muy elevada, se debe tener en cuenta que, mientras la media de gasto para un turista cultural es de entre 500 y 700 euros, para los turistas sanitarios el gasto medio se sitúa en los 8.500 euros. Una cifra que puede llegar, según Cakmak, hasta los 550.000 euros en el caso de los trasplantes de órganos. De hecho, el 90 % de los turistas sanitarios en el 2016, procedentes de 146 países, vinieron a someterse a tratamientos médicos a Turquía, según datos del THTC.
Otro procedimiento por el que se decantan muchos turistas tiene que ver con la salud dental, ya que tanto los implantes como las carillas son mucho más baratas.
Este crecimiento tan rápido del sector tiene su explicación en la calidad de los servicios ofrecidos por un precio muy inferior al que los pacientes pueden encontrar en sus países de origen. Entre otras causas, por los salarios más bajos de los médicos, pero muy especialmente por las ayudas que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha destinado al sector. Gracias a estas ayudas, Turquía ha abierto varios hospitales públicos y privados en la última década, convirtiéndose en el cuarto destino mundial de turismo sanitario. Para el 2023, el sector espera unos beneficios de más de 20.000 millones de euros anuales.
En contraste con estos resultados, la sanidad para el ciudadano turco de a pie no funciona tan bien como debiera. La prensa local ha reportado en alguna ocasión casos en los que los hospitales públicos, fuera de las grandes ciudades, carecen de ciertos servicios básicos.